“El Mercosur se convirtió básicamente en un ente político ideológico con un comando que está en manos de Venezuela y Argentina»

Cada vez, con más decisión, Argentina se aísla del mundo en general y de los países limítrofes que nos rodean. La miopía del relato y de a soberbia nos quiere convencer que vamos por el buen camino, el camino de la década ganada.

Los países latinoamericanos han estado aprovechando la situación económica global (favorable términos de intercambio de los productos agropecuarios – bajas tasas de interés) y la mayoría tienen inflación baja, incremento de sus reservas en sus respectivos bancos centrales (las reservas de Bolivia están en u$s 40.000 millones), sostenido desarrollo comercial externo y aumento del PBI.

No vamos a detallar la situación económica – financiera Argentina, pero solo vamos a remarcar, que ninguno de los parámetros mencionados en el párrafo anterior se puede aplicar a nuestro país. Si podemos decir que en los círculos económicos hay una nueva denominación: Argenzuela.

Repetidamente nos hemos ocupado de las alianzas comerciales que se estaban desarrollando e implementando en esta parte el continente. A título de profundización del tema, referiremos solo alguna de las relacionadas:

http://codigoinversor.com/2013/06/latinoamerica-mercosur-y-alianza-del-pacifico/

http://codigoinversor.com/2013/06/latinoamerica-profundizacion-de-los-problemas-del-mercosur/

http://codigoinversor.com/2013/09/la-globalizacion-lleva-a-los-paises-a-buscar-membresia-en-uniones-y-pactos-comerciales/

http://inversionesalacarta.com/2013/05/china-busca-satisfacer-su-desarrollo-la-plataforma-latinoamerica/

El contenido de la presente nota pretende remarcar una importante profundización de errores argentinos: la segura destrucción del Mercosur, a contramano de todas las corrientes económicas.

Seguiremos los conceptos vertidos por Florencia Carbone de LA NACION (http://www.lanacion.com.ar/1725553-brasil-se-afianza-en-su-nuevo-club-de-amigos), que nos expone específicamente el actual caso de Brasil.

A menos de un mes de las elecciones, nadie se anima a arriesgar quién será el próximo presidente de Brasil. Sin embargo, todos coinciden en algo: nuestro vecino tiene «nuevos mejores amigos». Con saudades, la Argentina mira ese listado virtual desde abajo. China, en la cima. En lugares expectantes, el resto de los socios del Brics (que además de Brasil y el gigante asiático integran Rusia, India y Sudáfrica); la por hoy muy de moda Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú); la Unión Europea (de quien logró transformarse hace tiempo en «socio estratégico») y Estados Unidos (con quien los principales candidatos presidenciales hablan de mantener una «relación madura»).

¿Y el Mercosur? ¡Ah! Si, ahí, en estado de latencia. Nada de patear el tablero y generar más problemas de los que ya existen, pero tampoco de dedicar muchas energías a un proyecto que en los últimos años ha generado más dolores de cabeza que satisfacciones -especialmente con su otrora «aliado estratégico» y destino principal de sus exportaciones industriales: la Argentina.

Según las últimas encuestas, hoy los tres postulantes con más chances son la actual presidente Dilma Rousseff (Partido Trabajadores, va por su reelección), Marina Silva (Partido Socialista Brasileño, hasta el 13 de agosto era candidata a vicepresidente de Eduardo Campos, quien ese día falleció en un accidente aéreo) y Aécio Neves (Partido de la Social Democracia Brasileña, la fuerza del ex presidente Fernando Henrique Cardoso).

Ninguno ha hablado del Mercosur o de la Argentina ni a favor ni en contra. Lo que se ve en el último año es que Brasil cambió de amigos. Antes éramos amigos íntimos, pasábamos buenos momentos, pero ahora aparecieron los Brics, la Alianza del Pacífico. Es una forma indirecta de mostrarnos que hay otro mundo además del Mercosur y que Brasil ya comenzó a mirarlo», responde Gustavo Segre, director de la Consultora CenterGroup.

Argentino, Segre vive en San Pablo desde hace más de 30 años. La Nación lo consultó por las similitudes y diferencias entre las campañas presidenciales entre ambos países.

«A diferencia de lo que pasa en nuestro país, los tres postulantes con más chances de llegar, coinciden en que mantendrán los pilares de la economía que fueron instrumentados por Fernando Henrique Cardoso en los 90. Y es muy curioso que una candidata como Marina Silva -que ha crecido mucho en las encuestas- acepte dos puntos que para nosotros serían muy difícil de escuchar: el primero, que no todo lo que ha hecho el gobierno ha sido malo y que por lo tanto mantendrá lo que haya sido bien hecho y tratará de mejorarlo. Y lo segundo es: no me interesa de qué partido es, si es técnico y es bueno, lo quiero trabajando en mi gobierno. Otra cosa que nos resulta difícil de entender es que Brasil trabaja mucho en el largo plazo. Tienen política de Estado. Cuando toman una determinación como fue el Presal en su momento (la reserva de petróleo submarina) o el desarrollo en el área agropecuaria, trabajan a 15 años. Nunca sabremos quién será el presidente en ese momento, pero sí qué se hará con un tema. En la Argentina estamos más acostumbrados a políticas de gobierno que duran cuatro años, si el gobierno se reelige pueden durar cuatro años más, pero cuando venga el próximo cambiará todo. Y eso no es bueno porque no permite pensar en el futuro”.

Welber Barral, ex secretario de Comercio Exterior durante la presidencia de Lula Da Silva, reconocido especialista en negociaciones internacionales y consultor de la poderosa Federación de Industria del Estado de San Pablo (Fiesp) y de la Cámara de Comercio Americana (Amcham), entre otras organizaciones, admite que «la cosa no está clara» y que por ahora las encuestas muestran un empate técnico femenino en primera vuelta y un triunfo de Marina Silva en segunda vuelta.

La política exterior no es un tema que defina el resultado de una elección en Brasil. El 80/90% de las cuestiones que se debaten tienen que ver con cosas internas. Con los gobiernos de Fernando Henrique y de Lula la cuestión internacional empezó a ocupar un poco más de espacio en la agenda, pero lejos de ser un tema central, los postulantes no le dedican mucho tiempo.»

El otro candidato, Aécio Neves, por su parte, ha tenido un discurso más enfático de apertura comercial, sobre la necesidad de cerrar rápidamente un acuerdo con la UE y lograr un acercamiento con Estados Unidos. A Marina se la ha escuchado muy poco. Una de las economistas que la asesora habló de tener una relación madura con EE.UU.», agregó.

Decididamente, la relación bilateral no pasa por su etapa más feliz. Sin eufemismos, en su evaluación mensual, abeceb.com la calificó en el informe de agosto como «su peor momento histórico». Basándose en cifras oficiales, la consultora detalló que el comercio bilateral de los dos principales socios del Mercosur se contrajo 28% en agosto y acumula una caída de 22% en los primeros ocho meses del año. «Los datos muestran que de ser el segundo socio, la Argentina ahora ocupa el quinto lugar debajo de Suiza, por unos miles de dólares, pero debajo de Suiza al fin, según datos hasta agosto», explica Mauro Laviola, vicedirector de la Asociación del Comercio Exterior de Brasil.

En la cuenta regresiva electoral brasileña parece haber más espacio para sorpresas que para certezas. Entre las pocas cosas seguras, una tiene un mensaje que afecta directamente a la Argentina: cuando el próximo presidente asuma ya nada será igual para nuestro país. Por necesidad o por convicción, Brasil intensificará sus contactos con el mundo. Desde este lado tendremos que resolver qué hacemos.

Gane quien gane las elecciones, está muy claro que hay un acuerdo unánime en el sector empresarial de la necesidad de más inserción de Brasil en las ligas mayores. La semana pasada Vera Thorthensen estuvo aquí, invitada por la revista de Techint y fue muy clara sobre la necesidad de avanzar con los acuerdos empezando por la conclusión del que tenemos en marcha con la UE. Volvió a insistir con la idea de que si la Argentina necesita más tiempo, ok, pero Brasil tiene que ir adelante porque no puede ser observador de un acuerdo EEUU-UE.

La famosa frase del actor español – Imanol Arias – “No me dejen solo”, va a ser muy difícil de aplicar al caso Argentino. ¿Sera que todos los países latinoamericanos están equivocados? Tenemos que trabajar en corregir ese error y ayudarlos rápidamente.