La reina del hielo ha decretado que cualquier enmienda de los Lords a sus planes irracionales son una traición. Esta obstinación podría agrietar a Gran Bretaña, y a su propio liderazgo
No hay motivo ni razón para la obstinación de Theresa May. Ella ha escogido el camino mas duro de todos, no considerar a lo que no acompañan al Brexit, y que probablemente será su epitafio.
Con los Lords esta semana, en un discurso critico y severo, después de otro del mismo tono, la irracionalidad de la exposicion de May fue manifestada en estilo forense, señorail y frio. La reina del hielo se encaramó en los escalones y lanzó su desafiante mirada sobre ellos mientras uno y otro se levantaban para modificar su plan de poner a Gran Bretaña en el congelador.
La reina ordena que ella sola es la guardiana de la sagrada «voluntad del pueblo». Fin de la cuestion. Cualquier ligera desviación de su interpretación personal de Brexit es una traición a la democracia misma, y nadie más tiene derecho a sugerir rutas alternativas de salida o calendarios.
Esta absurda toma de poder absoluto sobre la decisión más importante del país fue rechazada sólo ligeramente por los jueces, esos «enemigos del pueblo», insistiendo en que el parlamento debería tener derecho a debatirlo antes de que presione el gatillo. El propio Parlamento está en proceso de abrogar sus derechos al permitir que el primer ministro rechace todas las enmiendas.
Ninguna de las enmiendas importantes de los Lores son destructoras. Ninguno sugiere bloquear el Brexit. Todas son formas de preocupación para salir con menos daño. Hay un gran apoyo público para permitir que los ciudadanos de la UE que ya están en el pais, se queden, ¿por qué no abrir negociaciones con esa señal de cercanía a la vecindad? Las cifras de hoy sugieren que los ciudadanos de la UE ya están huyendo.
Su negativa a dar al parlamento un voto significativo sobre cualquier acuerdo, o negar cualquier trato, con un plazo de dos años, es un escándalo constitucional. Sólo la certeza de que el Daily Mail y Rupert Murdoch actuando como sus perros guardianes rottweiler le da el coraje de mantener por sí misma tal poder absoluto y desmedido.
En Irlanda del Norte, una enmienda interpartidaria llama a garantizar una frontera abierta, ya que los pares , uno tras otro, advirtieron sobre el peligro muy real sobre el proceso de paz de una nueva frontera dura. Su rechazo es una afrenta, reconfirmando el sentido de Irlanda del Norte de abandono de la unión.
Ella podría tener un punto aceptable, aunque no lo comparto, en rechazar una enmienda para mantener «libre y sin restricciones el acceso al mercado único» como un freno en su mano de negociación. Pero ninguna de las otras enmiendas niegan «la voluntad del pueblo». May podría aceptar fácilmente varias enmiendas, pero esa es la cualidad que ahora sabemos que carece absolutamente.
En lugar de ello, ha decretado cualquier enmienda un desafío de la gente, sólo porque ella puede, porque sus propios diputados no Brextremist están intimidados, mientras que los Laboristas han abdicado toda la oposición. El temor de ser pensado «anti-pueblo» los paraliza a todos. Las sabias enmiendas de los Lores son aliento perdido, cuando pre-acordaron que aunque May rechace a todos, no presionarán por el compromiso en un ping-pong entre ambas opiniones: se acostarán como ovejas.
May puede definir que cualquier demora a su propio calendario arbitrario es una negación al «pueblo». Pero si aceptaba esas enmiendas, no habría retrasos. Además, hay muy buenas razones para detenernos hasta que sepamos con quién estamos negociando después de las elecciones francesas y alemanas: la UE al otro lado de la mesa es volátil y puede cambiar radicalmente. Esa seria una táctica que valorizaría al sentido común.
Toda mayoría de ambos bandos piensan que Brexit es inevitable: sólo la propaganda de Brexiteeer pretende que los que están en duda, están tratando de posponerlo.
La negativa de May a tolerar incluso las enmiendas sugiere que sería una negociadora alarmantemente mala en Bruselas. Su forma altiva, rodeada de sus mastines, que muestran sus dientes, no es nada positivo para los representante de la UE.
Alguien más sutil podría haberse acercado a esta tarea fenomenalmente difícil, predisponiendo a buenas relaciones con calidez y amistad, cuidando de no provocar innecesariamente. Amenazar con convertir a Gran Bretaña en un paraíso fiscal off shore, ha levantado el encono entre los otros 27. Tampoco era necesario señalar a la inmigración como su línea roja superior: en un trato tan complejo y multifacético, ha dañado su propia posición negociadora.
Como The Guardian ha estado analizando toda la semana, las perspectivas de un buen resultado se ve bastante sombrío. En la turbulencia de los próximos dos años, con la posibilidad de un mal trato / no trato, la economía aquí puede tropezar. Los precios de los alimentos y los combustibles en un nivel alto, con el poder de compra todavía un 4% por debajo de 2008, puede llevar a actitudes públicas con cambios drasticos.
Kenneth Clarke puede tener razón cuando adelanta que dentro de unos años habrá muy pocos que recuerden haber votado personalmente por Brexit: tiene experiencia de amnesia electoral. Los Brexiteers tratarán frenéticamente de culpar a los responsables extranjeros por promulgar venganza, pero Theresa May puede esperar poca gratitud si la situación económica empeora. Tomando esta dura posición contra todos los contendientes, resistiendo el respaldo de la aprobación parlamentaria, ella toma toda la culpa en sí misma.
Los Lores votarán las enmiendas la próxima semana. May no tiene ningún incentivo para comprometerse, ya que el Partido Laborista y otros dicen que votarán por el proyecto sin modificarlo. Si los Lores no se atreven a presionar modificaciones moderadas a este proyecto tan vital, ¿cuál es el punto importante de todos esos buenos discursos expuestos?
Jeremy Corbyn proclamó que el Partido Laborista votaría por el proyecto de ley, vendió su voto. No es una sorpresa, es un líder que nunca ha disfrazado su antigua antipatía hacia la UE.
La segunda cámara se mantiene como una restricción de control y equilibrio a la dictadura por mayorías, y en el caso Brexit, de hecho era necesaria una fina mayoría . El resplandor glacial de May les advirtió que podrían ser abolidos si insistían en enmiendas moderadas a su voluntad. Pero si el temor por su propia supervivencia les impide cumplir con su deber, corren el riesgo de convertirse en inútiles. La voluntad de la gente no se expresa en un proyecto de ley de 130 palabras. La voluntad de Teresa May podría ser quebrantada por su propio autoritarismo.
Polly Toynbee – February 2017
https://www.theguardian.com/commentisfree/2017/feb/23/theresa-may-brexit-will-of-the-people