El gobierno del país alpino logró una superabundancia de recursos gracias a la avalancha de contribuyentes que anticiparon el pago de los impuestos. Los suizos prefieren pagar sus impuestos por anticipado.
Las tasas de interés negativas en todo Europa preocupan a los ahorristas y ponen patas para arriba a los mercados financieros. Sin embargo, para el gobierno federal de Suiza crearon una superabundancia de riqueza.
Ayer Bern informó que este año tendrá un inesperado superávit presupuestario de 2.200 millones de francos suizos (u$s 2.200 millones) porque los contribuyentes suizos se apuran a abonar sus cuentas con anticipación y los inversores en bonos suizos pagan para prestarle dinero al gobierno. Se había pronosticado un leve déficit.
Si bien los suizos son famosos por ser ordenados y puntuales, ese dato refleja los perversos efectos de las tasas de interés negativas fijadas por los bancos centrales de Europa para apuntalar las economías.
En vez de pagar por guardar su dinero en efectivo en cuentas bancarias, las compañías suizas en particular han preferido entregarlo al gobierno, que hace poco ofreció bonificaciones por pago adelantado de impuestos.
«Probablemente a la gente le cause gracia la situación de Suiza, donde todos corren a pagar sus impuestos pero es absolutamente racional», dijo Daniel Kalt, economista jefe de UBS en Suiza.
A principios del año pasado, el banco central del país colocó las tasas de interés oficiales en territorio negativo como manera de evitar que la solidez del franco suizo perjudique a los sectores exportadores del país. La tasa de interés del Banco Nacional de Suiza (BNS) desde entonces se mantuvo en -0,75%, lo que tuvo efectos multiplicadores en los mercados financieros.
Las tasas de interés son negativas para los bonos emitidos por el gobierno suizo con vencimientos de hasta al menos veinte años, lo que significa que los inversores pagan dinero para prestarle al país.
Si bien los bancos minoristas suizos mayormente protegen a sus clientes comunes de las tasas de interés negativas, para las empresas tiene un costo retener grandes sumas de efectivo. Eso elevó el atractivo de los incentivos que tradicionalmente ofrecen los cantones suizos y el gobierno federal para el pago anticipado de impuestos.
Las compañías habilitadas para recibir devoluciones de impuestos también esperan para reclamarle al estado los fondos, contó el ministerio de finanzas en Bern.
Según las estimaciones de ayer, el gobierno suizo calcula contabilizar ingresos por 68.400 francos suizos este año, cerca de 1.700 millones de francos suizos más que la anterior proyección. Mientras tanto, el gasto se cree será 1.000 millones de francos suizos inferior a lo originalmente presupuestado.
Thomas Jordan, presidente del directorio de BNS, a principios de esta semana repitió su advertencia de que un prolongado período de tasas de interés bajas podría crear «efectos secundarios no deseables», incluyendo el acaparamiento de billetes de francos suizos y amenazas a la estabilidad financiera.
El gobierno federal no sólo está disfrutando de una mejor situación financiera. Tampoco tiene que preocuparse por pagar los cargos sobre las cuentas corrientes: eso está específicamente excluido de las tasas de interés negativas impuestas por el BNS, que actúa como su banco.
Sin embargo, en vez de celebrar su relativa fortuna, el ministro de Finanzas suizo ayer anticipó que este inesperado ingreso de dinero adicional no va a durar mucho tiempo. «Cuando las tasas de interés se normalicen otra vez, los ingresos bajarán y los pagos de interés se incrementarán,» dijo.
La semana pasada, Bern tomó medidas para poner fin a los incentivos apuntados a que los contribuyentes inundaran las arcas del gobierno con efectivo.
Después del ejemplo que dieron algunos de los cantones de Suiza, eliminó la tasa de interés de 0,25% fijada sobre los pagos anticipados de impuestos federales. Sin embargo, con tasas de interés en mínimos históricos en todo el mundo, pocos analistas esperan que el BNS coloque los costos del endeudamiento suizo en territorio positivo en el corto plazo, por lo que pagar los impuestos antes podría seguir teniendo lógica para los suizos.
RALPH ATKINS