Las cuentas pendientes de América Latina. ¿Crecimiento o desarrollo? Interesante nota de Diego Martinez Burzaco sobre la oportunidad de América Latina.

 

Toda investigación de Diego Martinez Burzaco, me lleva a leer con detenimiento sus conceptos.  Pero, esta vez,  antes  de profundizar en el escrito,  inmediatamente me surgió“Las venas Abiertas de America Latina” de Eduardo Galeano (1971).

Tal vez la cacofonía del titulo me hizo recordar tan importante libro, leído tiempo atrás. Por propia curiosidad lo volví a releer  y tiene algunos conceptos históricos, aplicables al informe de Diego.  Con la lectura del informe, también me surgieron algunas ideas, que en general  concuerdan con el razonamiento de Diego.

La nota que hago mención la puede encontrar en el siguiente link: http://www.igdigital.com/2013/02/las-cuentas-pendientes-de-america-latina/

Y este es un extracto importante:

“Latinoamérica es una de las regiones más ricas en recursos primarios del mundo, situación que la erige como una de las zonas de mayor potencialidad global de cara al futuro. Sin embargo, el análisis retrospectivo plantea dudas sobre la posibilidad de canalizar esto y obtener mayor prosperidad para su población.

Una de las dificultades más importantes con las que nos encontramos los economistas dentro del campo de la investigación y análisis es explicar por qué Latinoamérica en general, y algunos países en particular, no han alcanzado hasta el momento el tan preciado estatus de «desarrollo».

La revisión histórica de los acontecimientos muestra que la región no ha sido capaz, hasta el momento, de materializar su potencialidad basada en los recursos naturales para avanzar sostenidamente hacia una mayor igualdad y progreso de sus pueblos”.

Me surgen dos dudas. Por un lado histórica sobre la conquista de España, en vez de colonización y por otro lado práctica, de si efectivamente somos un país rico.

Muchas de las reflexiones históricas de Eduardo Galeano han sido superadas (han pasado mas de 40 años de su libro), o al menos morigeradas. Pero, no se si ese origen  de coloniaje no dejo sus huellas en nuestra psicología.

Leemos en Galeano que desde la conquista por los españoles, nuestra América Latina ha sufrido un sinnúmero de calamidades, empezando por el saqueo realizado a nuestra  cultura local que dejo  a nuestros pueblos sin la mayoría de las riquezas de sus suelos, arrasaron con la plata y el oro, posteriormente con nuestros productos vegetales, como el caucho, por ejemplo.

Los españoles no traían otra intención que la de apoderarse de nuestros  bienes e  enriquecer a su corona. Norteamérica fue colonizada. Con la llegada de sus primeros habitantes del viejo continente como los irlandeses e ingleses, éstos se preocuparon por  colonizar.Mientras uno enseña y aporta (colonización), el otro destruye y somete (conquista).

Mucho antes de la guerra de Independencia el capitalismo ingles controlaba buena  parte del comercio en las colonias españolas en América.

Los irlandeses, ingleses, escoceses, que llegaron a las colonias del norte y que la bautizaron con el nombre de Nueva Inglaterra, no  venían a conquistar, sino a colonizar, que son dos conceptos diferentes. Las trece colonias del norte no corrieron la misma desgracia como paso en Latinoamérica.  Galeano, deja en claro, que en Latinoamérica se nació y desarrollo con un espíritu de dependencia. Primero por los conquistadores, y luego por los habitantes de Estados Unidos. El eslogan es que el país del norte amplia sus dominios obligándonos  a comprar a muy altos precios sus productos y en retribución nos compran los productos a muy bajos precios.

Lo que quiero decir, y reconozco que es una teorización, nuestro origen de dependencia esta muy afincado y solamente ponemos en práctica medidas de mediano plazo, como una urgencia para paliar problemas que vienen desde siempre.

“En una región acostumbrada a los cimbronazos económicos, con enormes fluctuaciones en el ciclo económico, la tentación de los Gobernantes de adoptar políticas cortoplacistas que potencien sus intereses particulares por sobre los generales es realmente elevada. Y precisamente son estos mismos funcionarios los que confunden la noción de crecimiento con la de desarrollo. La diferenciación no es menor; tiene implicancias cualitativas muy grandes.”

No logramos despegarnos de un origen mediocre y limitado conceptualmente. Las verdades escritas en las “Venas Abiertas…” no pueden permanecer para siempre. Debemos aplicar  conceptos económicos como productividad, investigación  y desarrollo y acumulación de capital.

Por ejemplo, un concepto aceptado años atrás, como el deterioro de los términos de intercambio, ha variado. Tenemos el “yuyito”  que es tan valioso como un producto industrial. Las demandas han cambiado. Vale decir que tenemos las circunstancias para el crecimiento. Como bien dice Diego Martinez Burzaco, nos falta conceptualizarnos para el desarrollo.

“América Latina ha experimentado un crecimiento sin precedentes en los últimos diez años. Pero este crecimiento no fue algo excepcional de la región, sino que fue un rasgo común de todos los países emergentes. Aún más, cuando lo ponemos en esa perspectiva, Latinoamérica no fue una de las regiones emergentes que más rápido creció.”

Lo concreto que en esta parte de America hemos crecido, pero, ciertamente no nos hemos desarrollado. La distribución de la riqueza sigue siendo  muy baja.

Tenemos cifras estadísticas buenas, pero como dice Diego, no es lo único que tenemos que considerar.

“Y detrás de esta deficiencia encontramos múltiples causas, aunque una de ellas sobresale por encima del resto: la educación.A pesar de que los países de Latinoamérica han invertido una proporción cada vez mayor de su PBI en educación, la administración de esos recursos, no ha logrado mejorar la calidad educativa”.

Volviendo a mi teoría original, es como que no terminamos de despegarnos de un origen dependiente. Es hora de que los diversos gobiernos democráticos se aggiornen y definan políticas de largo plazo en donde se modernicen las ideas y nos olvidemos  de clises de mas de 200 años atrás.

Finalmente queda pendiente la pregunta si efectivamente somos un país rico.

Como bien dice Diego, nuestra región es una de las más ricas en productos primarios. Pero, agregaría, si bien puede ser un factor necesario, no es suficiente. Recuerdo que a medidos del 1800, Alemania  estaba en desventaja económica  respecto al Reino Unido. Con buen criterio y con el afán de acortar  la supremacía económica  del Reino Unido respecto a Alemania, Federico Litz institucionalizo el proteccionismo para su industria.

Prácticamente el único modo de emparejar  el desarrollo de Inglaterra debido a la Revolución Industrial. Caso contrario, la ventaja inglesa hubiera sido casi imposible de alcanzar y como vemos en la actualidad de superarla.

Podemos decir que nuestra región tiene un punto de partida, una base de desarrollo. Una base de lanzamiento. Pero, algo mencionamos mas arriba, para ser un país rico no solo con la agricultura y la minería podemos alcanzar el grado de desarrollo. El muy mentado deterioro de los términos de intercambio se contrarresta con investigación y desarrollo, acumulación de capital, en definitiva con políticas de Estado, y de proyectos de desarrollo sustentable.

Los proyectos de proteccionismo  tienen que tener un inicio y una finalización. No puede perdurar por toda la vida. Es un medio para alcanzar economías de escala en todas aquellas producciones que el país tenga mayores facilidades.

“A lo largo de nuestra historia, las fuentes de riqueza han sido planteadas como alternativas contradictorias y esa visión se transfirió al poder político. En la etapa colonial –y periódicamente en la historia contemporánea- las decisiones sobre el rumbo del país se ordenaron alrededor de la contraposición entre librecambio y proteccionismo. Mas adelante el modelo de riqueza preponderante y casi excluyente, se baso en la producción agropecuaria. Luego llegaron vientos industrialistas, que casi despreciaban al campo, en lugar de sumarlo”. Párrafo extraído del libro “El mito del país rico” de Jorge Todesca.

Sigo citando: “En definitiva lo que une la línea del tiempo es que la Argentina carece de un proyecto como Nación”.

Las elucubraciones de Diego Martinez Burzaco, si bien son para la región, me levaron a dos conclusiones para nuestro país: No tenemos proyecto como Nación y tal vez por eso tampoco tenemos buena educación.

Gracias, Diego!!!

Nota 1: Brasil se vuelca a la innovación y a la caza de cerebros. Rousseff  lanzo un ambicioso programa  para atraer científicos extranjeros  La Nación – 31.07.11

Nota 2 : La nueva  revolución china esta en las universidades. El gobierno quiere tener 195 millones de graduados  en 2020  La Nacion-23.01.13

Link de la nota: http://www.igdigital.com/2013/02/las-cuentas-pendientes-de-america-latina/