Casi dos meses atrás publicamos una nota titulada “La Memoria Mata al Hombre,…y la Inestabilidad También”.En la introducción expresábamos que el dólar informal se había disparado a $ 8,75 y que el oficial estaba a $ 5,10. La brecha cambiaria oscilaba en el 65 %.

A la fecha, el dólar informal llego a $ 9,60 (con picos mayores), el oficial a $ 5,19. La brecha se amplió a más del 80 %.

La inestable historia económica de nuestro país es la que nos llevo a pensar, que nuestra moneda no es el peso, sino el dólar. Lamentablemente, la única unidad de medida de valor que entendemos de los bienes es el dólar. Nos hemos olvidado que desde mediados de los 50 hasta los 90, uno de nuestros principales problemas reiterativos ha sido la inflación. Parece una verdad de Perogrullo: Falta de confianza”.

“La inflación puede tener muchos orígenes. Hablamos ya de la falta de confianza en nuestra unidad monetaria. Pero no podemos habernos olvidado que una de las principales causas de nuestra historia inflacionaria fue siempre la emisión monetaria sin respaldo”.

“Ahora bien, como los argentinos no tenemos confianza en nuestra moneda, vamos a defendernos y en consecuencia compramos dólares. Pero según el Gobierno, no tenemos que comprar dólares y debemos guardarnos los pesos. Si con cada día que pasa podemos comprar menos bienes,…como somos argentinos nos la tenemos que aguantar”.

“Roberto Lavagna, ex ministro de Economía de Néstor Kirchner, dijo que “cada medida de restricción hace subir al dólar marginal”.

“Uno de los principales argumentos oficiales y al que le dan importancia es que es un mercado pequeño y que no influye en la economía.

No manejan conceptos mas complejos como seria la posibilidad que dicho incremento del precio del dólar ilícito nos muestra una tendencia. ¿Alguna vez vieron que una escalada del tipo de los últimos meses  baje a valores actuales a por ejemplo $ 6.50?”

¿Qué quiere decir esto? Todos nosotros, naturalmente, estamos pensando que el dólar va a seguir creciendo, tenemos una gran experiencia. La perdida de noción del valor de las cosas en pesos nos lleva a tratar de tener dólares, ya que si confiamos el la moneda norteamericana.

El pasado 22 de Abril, en Buenos Aires, el Reporte Inmobiliario, llevo a cabo el IX Seminario Economía & Real Estate, en donde se discutió la realidad por la que atraviesa actualmente el sector y sus preocupaciones.

Nuestro artículo anterior que trajimos a la memoria pareciera que fue premonitorio.

El Seminario llevado a cabo por el Reporte inmobiliario define que: A estas alturas nadie niega los problemas por los que atraviesa el sector inmobiliario en la Argentina. Problemas que comienzan a traducir sus efectos en la actividad de la construcción privada repercutiendo en forma directa e indirecta en los niveles de empleo. Los efectos de distorsiones macroeconómicas ya resultan indisimulables en el mercado de inmuebles usados, a pesar de la restricción al acceso a las cifras oficiales de escrituras.

 

Según palabras del economista Pablo Lara, director de la Consultora Estrateco, la caída de la balanza comercial, alta emisión de pesos y reducción de reservas en dólares, entre otras variables, refuerzan la escasez de dólares potenciada por la restricción del mercado de cambios, provocando que el dólar como opción, aun siendo marginal, sea preferido frente al ladrillo. Su premisa fue: “Dólar billete, mata ladrillo”, actualmente por liquidez y brecha ascendente el dólar billete renació como competidor para la inversión inmobiliaria, reduciendo el conjunto de agentes económicos que quieren participar del negocio del real estate.

 

La mayoría de los expositores coincidieron en los argumentos. En ese sentido el Arq. José Rozados, director de Reporte Inmobiliario, anticipó los datos de caída en la superficie de obras nuevas reflejados en los permisos de construcción de la ciudad de Buenos Aires para el primer bimestre del año 2013 “Según datos del Gobierno de la ciudad los m2 registrados disminuyeron casi un 84 % con respecto al mismo período del 2013.

El dólar marginal indeterminó los precios del sector y se posicionó como un activo que empezó a competir con los ladrillos.

Lo que debemos tener en claro, es que la desorientación respecto a los valores inmobiliarios (y preferencia al dólar marginal) no solo atrapa a este sector  sino a toda la economía Argentina.

Esto ya lo vivimos. ¿Nunca aprenderemos?