La nota del Doctor Emilio J. Cárdenas, que a continuación reproducimos, nos llevo a buscar en nuestros archivos, allá por mediados del 2011, las elecciones ganadas por el actual Presidente de Perú, Ollanta Humala. Las expectativas tanto económicas como políticas distaban mucho de lo que después sucedió con Perú. Lo sabemos. El país hermano mantuvo el recorrido de sus mejores periodos económicos de su historia. Pero en su inicio del periodo las expectativas no eran positivas.
El triunfo de Ollanta Humala, llevo a la Bolsa de Lima al pánico, con una caída del 12.5 %. Los coletazos de la victoria del candidato nacionalista Ollanta Humala en las elecciones presidenciales alcanzaron el lunes siguiente (07.06.11) a las bolsas de toda América Latina.
Pero es importante remarcar, que a pesar de rimbombantes discursos en el periodo eleccionario, las primeras declaraciones de los futuros funcionarios económicos remarcaban que no se iba a tirar por la borda la fórmula económica que había producido 12 años consecutivos de crecimiento. Se pretendía mantener (y eventualmente mejorar) las mismas condiciones que permitan que las empresas sigan funcionando y que el país siga creciendo. Sin populismo antiguo, las declaraciones eran claras: “Se pretende crear las condiciones que permitan que las empresas sigan funcionando y que el país siga creciendo. Esto se puede conseguir si hay una buena política monetaria, una buena política fiscal y una buena política social (inclusión) en la que los beneficios del crecimiento se distribuyan de una forma equitativa”.
La coherencia ideológica al inicio del nuevo gobierno llevo rápidamente a revertir la incertidumbre. Ya a finales de Julio, la bolsa limeña recupero rápidamente lo perdido luego de la victoria de Ollanta Humala. Logro reducir su retroceso anual a -5,18%.
Las conclusiones de tres años de gobierno nos la brinda el doctor Cárdenas, y no cabe duda que son mejores que las ideologías populistas. A continuación su nota.
Según sugieren las encuestas recientes, cada vez son menos los empresarios peruanos que consideran que la economía de su país mejorará en los próximos doce meses. Hace apenas un año, el 74% de ellos apostaba a la mejoría. Hoy tan solo el 40%. Con todo, el 43% de los empresarios cree que la economía permanecerá estable. Sumando ambos porcentajes, nada menos que el 83% del empresariado peruano considera que la economía de su país mejorará o se mantendrá estable.
Señal de optimismo. Quizás por esto, el 33% de esos hombres de negocios manifiesta estar dispuesto a aumentar su fuerza de trabajo en los próximos 12 meses.
Cuando se les pregunta a los empresarios peruanos cuáles son sus riesgos principales, la respuesta apunta a la desaceleración de la economía de China, sumada a cierta inestabilidad política doméstica. Esto último es sorprendente, por cuanto la opinión mayoritaria de los analistas políticos en el Perú supone que luego del mandato de Oyanta Humala, el actual presidente será reemplazado por Alan García, a quien se tiene como el candidato a la presidencia que cuenta con las mejores posibilidades.
Lo cierto es que Perú ya no crece al 9% anual, sino al 5% y que hay alguna leve presión inflacionaria. Su balanza comercial es ahora moderadamente deficitaria, en unos 1.000 millones de dólares, al cierre del primer trimestre de este año. Ocurre que las exportaciones se han contraído (particularmente las de los minerales) y que las importaciones de máquinas y equipos también.
La inversión privada, por su parte, ha perdido algún dinamismo, sugiriendo que la economía peruana se está enfriando. La construcción, luego de una etapa de expansión, ha comenzado también a desacelerarse. Pero aún crece.
El buen analista del diario La República, Mirko Lauer, sugiere que el gobierno de Oyanta Humala ha ”cambiado de rostro”. No ha logrado poner en marcha sus dos proyectos principales: ni la modernización de la refinería de Talara, ni la construcción del gasoducto sud andino. La esposa del presidente, Nadine Heredia, ha dejado de ser un activo político. Humala está acumulando enemigos en la derecha. Y es criticado por la izquierda, que lo acusa de no haber cumplido sus promesas. A lo que se agrega la acusación de haber tejido una excesiva maraña burocrática poco amigable para el clima de inversión.
Quizás todo esto sea consecuencia de que Humala ya no tiene ilusiones reeleccionistas y que el “tigre económico” en que el Perú se había transformado, tiene ahora un poco de anemia. Pero sólo eso.
Prueba de que las cosas siguen bien es que el empleo continúa en alza. Acumulando nada menos que 52 meses de crecimiento continuo. También en las ciudades del interior, donde a lo largo del año pasado, ha subido un 1,7%. Hay casos, como los de Ica y Chincha, donde el crecimiento sigue siendo vertiginoso. En Ica crece al 16,1% anual. En Chincha, al 9,4% anual. En la región metropolitana de Lima, por su parte, el empleo crece al ritmo del 1,8% anual, empujado por la demanda de los sectores de servicios, comercio y transporte, especialmente.
En pocas palabras, Perú sigue bien. Desacelerándose un tanto, pero fundamentalmente bien.
Emilio J. Cárdenas – Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas
http://www.cronista.com.ar/contenidos/2014/05/30/noticia_0023.html