Las empresas de la economía colaborativa han venido generando conflictos cuando irrumpen con modelos de negocio innovadores en mercados con jugadores tradicionales ya establecidos.

 

Estas compañías, con Uber y Airbnb a la cabeza, pueden ayudar a los gobiernos locales a combatir a aquellos grupos empresariales que en la actualidad concentran el poder en un mercado por haber llegado primero, por lo que las regulaciones que se les piense imponer deben evitar que se perjudique su expansión. Así lo consideran expertos en un estudio del Marron Institute of Urban Management de la Universidad de Nueva York.

La movilidad es la punta de lanza del cambio cultural que representa el consumo colaborativo para una sociedad.

“Las empresas de la economía compartida pueden resultar una alternativa atractiva para los políticos y líderes locales que busquen superar la captura regulatoria que se percibe”, expresaron los académicos Daniel E. Rauch y David Schleicher en el estudio, según recoge El Financiero.

 

Además del gran poder económico que comienzan a tener este tipo de empresas, pues ya existen 17 compañías multimillonarias, el modelo colaborativo va surgiendo en nuevos sectores y mercados: “Hoy en día, el sector de intercambio tiene un valor estimado de más de US$100 mil millones. AirBnB, la plataforma de alquiler de alojamiento, tiene una valoración superior a la cadena de hoteles Hyatt. La valuación de Uber iguala la del gigante del alquiler de coches Hertz. Mientras tanto, startups de la economía colaborativa han surgido en industrias que van desde los botes hasta las mudanzas, y al parecer, la entrega de marihuana”, agregaron.

 

Una nueva categoría o modalidad de transporte

 

No solo en México las autoridades han sentido recientemente la presión de los grupos de taxistas que abogan por el cese de servicios como el propio Uber, EasyTaxi o Cabify, sino que la escena también se ha visto en ciudades como Bogotá, Buenos Aires, Madrid, entre otras.

La tendencia a la movilidad colaborativa en América Latina es impresionante.

Según cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), del total del parque automotriz de Mexico, el 70% transportan sólo a una persona para largas distancias. Situaciones similares se repiten en otros países y dan pistas del enorme potencial de los trayectos compartidos en América Latina.

“El futuro del transporte en México de aquí a 10 años, el carpooling va a ser el medio más importante de transporte a medida que los medios sociales y los jóvenes lleguen. Es una tecnología irreversible de economía colaborativa, y nuestro desafío es hacerlo en menos tiempo, en un año llegar más rápido posible a un mayor número de usuarios”, comenta Pedro Meduna, fundador de Tripda.

 

Tripda es un emprendimiento originado en Brasil y financiado por el fondo de inversión e incubadora de negocios digitales Rocket Internet. A la fecha, ya cuenta con operaciones en 12 países en América Latina, Asia, India y Estados Unidos. La firma, además, recibió una segunda ronda de inversión de Rocket Internet por US$11 millones con lo que buscan expandirse y crecer por todo el mundo.

Aunque los trayectos compartidos o carpooling es lo más popular, no debemos olvidarnos de otras opciones como el alquiler de vehículos entre particulares o los sistemas de bicicleta pública compartida en muchas ciudades.

 

Uber, la multimillonaria app que enoja a los taxistas

 

La compañía que conecta a vehículos privados con pasajeros a través de una aplicación móvil es quizás el mayor ejemplo de cómo la economía digital está transformando el mundo.

Valorada ya en US$50.000 millones y con 8 millones de usuarios en 58 países, a donde ha llegado Uber no ha sido indiferente. Sus mercados principales están en Estados Unidos, Asia y Europa pero su presencia en ciudades como Madrid, Berlín, Bogotá y Ciudad de México ha provocado un sinnúmero de protestas de los taxistas, que la ven como una competencia ventajosa.

Y mientras los gobiernos se sacuden la cabeza tratando de encontrar la respuesta a cómo regular o qué hacer con Uber,la app creada en 2009 por Garrett Camp y Travis Kalanick en San Francisco (EE. UU.) no pierde el tiempo. Tras las recientes manifestaciones de organizaciones de taxis en contra de su servicio en el Distrito Federal, Uber liberó una promoción que provocó un crecimiento en descargas de la aplicación de 800%.

 

A pesar de todos los obstáculos que ha tenido, su atractivo para los inversionistas sigue intacto. Entre protestas por aquí y por allá, Uber ha levantado unos US$5.9 mil millones en 10 rondas de inversión por parte de 43 inversionistas entre los que se destacan Google, Baidu y Goldman Sachs.

Ya en 2012, Paul Graham, cofundador de YCombinator -una de las aceleradoras de startups tecnológicas más importante del mundo-, decía: “Uber es tan obviamente una buena cosa, que puedes medir qué tan corruptas son las ciudades según qué tan duro intentan suprimirla”…

Uber se ha convertido en la segunda compañía que más usan las startups para definirse (“Somos el Uber de…”) y además es una de las 17 compañías multimillonarias de la llamada economía colaborativa.

 

Esta semana, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) en México recomendó que se reconozca formalmente a las plataformas tecnológicas Uber y Cabify como nueva categoría o modalidad de transporte, ya que tienen un impacto relevante en la dinámica social.

El pleno de dicha Comisión señaló que estos servicios de transporte son resultados de los avances tecnológicos y del proceso innovador y constituyen un nuevo producto en el mercado y generan bienestar social.

En el estudio del Marron Institute of Urban Management, Rauch y Schleicher compartieron tres predicciones sobre los enfoques que los gobiernos locales tomarán hacia las empresas de la economía colaborativa en el mediano plazo. Así entonces, las ciudades…

1. Las subsidiarán para conseguir que entren o para ampliar ciertos servicios

“En los próximos años, los gobiernos locales se desplazarán cada vez más de la inhibición de las empresas de la economía compartida a subvencionarlas activamente, ya sea en efectivo o, más probablemente, con beneficios en especie”, dice el estudio. 

Los investigadores creen que los gobiernos otorgarán estímulos económicos a estas empresas como si se trataran de recintos deportivos, pues permiten atraer a gente joven con recursos, además de “poner en el mapa” a la ciudad por fomentar servicios innovadores.

2. Las aprovecharán para la redistribución económica

Las autoridades pueden enfocar su regulación a otorgarles exenciones o beneficios fiscales por dar sus servicios en áreas de menores ingresos o contratando personal en este tipo de áreas.

“Como en el caso de cualquier exención fiscal tradicional, las ciudades deberán medir con cuidado si esta clase de medidas ayudarán a alcanzar el objetivo de una redistribución, y si quitar esta carga a las empresas y usuarios de la economía compartida resulta justa, eficiente y en realidad ayuda al bienestar de las zonas pobres”, advierten los expertos.

3. Las contratarán para proveer servicios

Los gobiernos pueden optar por contratar para cubrir sus necesidades, en especial para actividades que se requieren cada cierto tiempo, como las máquinas para pavimentar calles. Sin embargo, también pueden decidir ofrecer sus propios recursos, como rentar oficinas o instalaciones que no se encuentran en uso todo el tiempo. Aunque ambas perspectivas ya se aplican, la tecnología ayudaría a que esto se realizara de manera más ágil y a través de aplicaciones.

Jóse Martin

Periodista con amplios intereses en el periodismo digital y Social Media. Editor en tecnología, negocios, emprendimiento e innovación en Latinoamérica.

http://pulsosocial.com/2015/06/12/uber-y-empresas-de-la-economia-colaborativa-ayudan-a-combatir-a-grupos-de-poder-locales/