Dublín, Irlanda– Irlanda es uno de los países del mundo con mayor tradición católica. Casi el 90% de los 4,6 millones de habitantes se define como católico. Hace 25 años ser homosexual en Irlanda era ilegal. Y el divorcio estaba prohibido.

A pesar de ello, este país comenzó a implementar políticas liberales en lo económico a fines de la década de los 80 y gracias a ello hoy es uno de los países más desarrollados del mundo. Según Naciones Unidas, Irlanda es el séptimo país del mundo desde el punto de vista del desarrollo humano.

Y ahora Irlanda está comenzando a recorrer otro camino liberal: el del liberalismo cultural.

¿Quién hubiera dicho algunos años atrás dicho que el hijo gay de un inmigrante indio, de sólo 38 años, podría ser Primer Ministro?

Absolutamente nadie. Pero hoy esto es una realidad.

Leo Varadkar ha sido elegido primer ministro de Irlanda una semana atrás. Con 38 años, este hijo de un inmigrante indio se convierte en el primer jefe de Gobierno abiertamente homosexual y el más joven en ocupar el cargo.

Según la agencia Europa Press, el joven nuevo líder de Irlanda dijo lo siguiente: ‘El gobierno que lideraré no será de izquierda ni de derecha, estará en el nuevo centro europeo. Buscamos construir una república de oportunidades donde cada ciudadano tenga las mismas ventajas y donde poder compartir nuestra prosperidad’.

Mirar con ojos argentinos esta dinámica es atrapante. Porque en nuestro país, el liberalismo económico se lo relaciona, casi sin excepción, con el conservadurismo cultural.

Tal vez esto ocurre por el intento fallido de los gobiernos militares en la década del 70 de aplicar algunas políticas liberales al mismo tiempo que anulaban todos los demás derechos de la población. Algo como decir ‘te dejo hacer lo que quieras con tu bolsillo y tus negocios, pero no podes hacer lo que quieras ni en tu cama, ni en tu vida política o cultural’.

Desde ese entonces, muchos argentinos confunden una cosa con la otra.

El camino que está recorriendo Irlanda ataca claramente esos dos prejuicios que tienen muchos argentinos.

El primer prejuicio que ataca es que el liberalismo económico produce desempleo y depresión económica.

Al contrario, las políticas económicas liberales son la única forma que tiene un país de crear prosperidad. Bajar impuestos, abrir la economía, tener un sistema judicial que fomente la competencia, la libre empresa y la libertad económica, baja el desempleo, hace crecer la economía y el ingreso. Irlanda demostró esto.

El segundo prejuicio que ataca el camino irlandés es el que el liberalismo económico implica conservadurismo en lo religioso y lo cultural. Hoy Irlanda tiene un primer ministro hijo de un inmigrante, muy joven y homosexual. ¿Podríamos manejar esta situación en Argentina?

Te pongo un ejemplo: ¿podría ser presidente argentino el hijo de un inmigrante boliviano, de sólo 38 años y abiertamente homosexual?

Yo creo que no… no creo que tenga ninguna posibilidad.

En definitiva, y eso es lo peor de todos, nos equivocamos en las dos cosas los argentinos.

Primero en creer que el liberalismo económico es malo. Y segundo, en creer que somos liberales desde el punto de vista cultural, cuando en una gran mayoría no lo somos. Nos falta mucho para aceptar la diversidad sexual, ser abiertos a la inmigración, a los jóvenes y las minorías.

¿Qué tiene que ver esto con el mundo de la economía y las inversiones?

Tal vez no demasiado, tal vez mucho, lo cierto es que de alguna forma siempre todo está relacionado… De cualquier forma, me parecía interesante compartirlo con mis lectores diarios. Mañana, como siempre, volvemos a los temas usuales que nos reúnen diariamente.

Mientras, me voy a visitar los atractivos que tiene Dublín. Primero la famosa fábrica de la cerveza Guinness. Y segundo la destilería del Whiskey Jameson. Si mañana no escribo de una forma muy lógica, ya sabes que me pasó…

Federico Tessore – Director

Tessore Research

 

Tip del día: las políticas liberales que aplicó Irlanda a principios de los ’80 le permitieron convertirse en uno de los países más desarrollados del mundo. Hoy Irlanda además empieza a transitar el camino del liberalismo cultural.

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