Pocas veces se ha escrito, con tanta consistencia una defensa de la situación financiera de la Argentina, como en la presentación, ante la Corte de Apelaciones de New York en el juicio iniciado por los bonistas no comprendidos en los canjes de deuda, por intermedio de Alfonso Prat-Gay.
Lo que sorprende es la poca difusión que tuvo la presentación. Esa criteriosa defensa profesional desde todo punto de vista (financiero,económico y jurídico) debería ser la partida de una unión de criterios para la difícil defensa que tendremos que afrontar en los próximos meses. Aunque el Gobierno debería admitir errores pasados
Antes del análisis del escrito de Alfonso Prat-Gay, haremos un poco de historia.
Las crisis financieras, en general tienen orígenes semejantes. La solución Argentina fue diferente.
La crisis conocida por el nombre«Efecto Tequila» se inició el 20 de Diciembre de 1994 cuando el gobierno mexicano tomó la decisión de devaluar el Peso.
Estados Unidos puso a disposición de México un fondo de 20.000 millones de dólares, a los cuales se les añadieron casi $30 mil millones más.
El “Efecto Vodka” golpeó a Rusia en 1998. Se debió, básicamente, a la baja en los precios mundiales de los commodities.
Se le otorgo un paquete financiero de $22,6 mil millones del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. Mas adelante, el FMI aprobó una ayuda adicional de $ 11.2 mil millones.
El “Efecto Caipirinha”surgió a finales de 1997. La irresponsabilidad política, el aumento en los gastos públicos, el déficit fiscal, los endeudamientos estatales desproporcionados, abrieron el camino hacia la crisis.
El FMI ayudo con 41.600 millones de dólares. Su deuda externa alcanzo a casi 250.000 millones.
La “Crisis del Sudeste Asiático” comenzó en julio de 1997 con la devaluación de la moneda tailandesa. Por efecto dominó, le sucedieron numerosas devaluaciones en Malasia, Indonesia y Filipinas, lo que repercutió también en Taiwán, Hong Kong y Corea del Sur.
El Fondo Monetario Internacional propuso iniciar un programa de $40 mil millones para estabilizar las monedas de Corea del Sur, Tailandia e Indonesia, cuyas economías habían sido particularmente golpeadas por la crisis.
La “Crisis Financiera Turca” fue muy severa en noviembre del 2000 y en febrero de 2001. El FMI proveyó asistencia financiera de $20,4 mil millones entre el comienzo de la crisis en 1999 y el 2003.
La “Crisis Griega” merecería una mención profunda dada la gravedad de misma y su influencia en la situación económica europea. Grecia tiene experiencia en defaults. Las soporto en 1843; 1896 y 1932. La deuda pública por habitante puede llegar a euros 45.000. Su deuda debe superar holgadamente, a su PBI, en más del 170 %.
Pero, vamos a lo que nos interesa. En el 2010, Grecia recibió el primer salvataje por un valor de 110.000 millones de euros, con un 25 % mas se pagaba toda la deuda Argentina del 2002. A inicio de 2011, se esta aprobando un nuevo salvataje por un monto de 130.000 millones de euros. Demás esta decir que con los dos montos otorgados, no solo se cancelaba o reprogramaba la deuda Argentina, si no había un aporte de capital de alrededor de 80.000 millones de euros. El carnaval siguió durante el año pasado.
El “Efecto Tango” tuvo orígenes semejantes a las otras crisis, pero, la solución que involucraron a las otras no fue aplicada a nuestro país.
La baja de los precios de los commodities, la reversión de la tendencia internacional de capitales hacia los países emergentes, el alza de la tasa de interés afectó el servicio de la deuda externa argentina.
Si bien el superávit fiscal llego hasta 1993, los años siguientes el déficit se mantuvo dentro de los parámetros de Maastricht (3.0 % vs. 4.3 %).
La deuda pública que estaba en alrededor de los 60 mil millones de pesos al inicio de la década subió a 120 mil millones a fines de 1999.
Nunca se logro apoyo externo. Y finalmente llegamos al default.
El gobierno, que creyó que saliendo de la convertibilidad tendría el apoyo de los organismos internacionales, se encontró con que el Fondo, apoyado por el gobierno de los Estados Unidos, modifico una posición anterior (la que tuvo en los casos de México, de los países del sudeste asiático y en las demás crisis), tomó a la Argentina como un caso ejemplar, para mostrar que había que penalizar comportamientos que tildaban de irresponsables.
En todas las crisis que mencionamos, la solución del FMI y aliados se baso en el apoyo económico. Nada para Argentina. Su deuda externa alcanzo casi a los u$s 190 mil millones.
Si la Argentina hubiera tenido algún apoyo externo, no existía ninguna posibilidad de default, como si había en las otras crisis financieras. Grecia esta endeudada en más del 160 % de su PBI,…en aquel momento, la deuda nacional no alcanzaba al 50 %.
Hemos recordado los antecedentes de las crisis, con el objetivo clarificar lo sucedido en crisis anteriores.
“Aún más vergonzoso para el gobierno del país es que, cuando Kirchner viaje a Asia, Oriente Medio y Cuba a finales de este mes, su avión Boeing 757 presidencial permanecerá estacionado ya que el viaje se concretara en un jet privado alquilado. La razón: por diversos acreedores internacionales insatisfechos, existe la posibilidad que el avión del gobierno sea retenido para satisfacer una parte considerable de los préstamos incobrables del país. Se remonta a 2001, por ejemplo, Argentina dejó de pagar cerca de $ 100 mil millones en deuda.”David Lee Smith http://www.fool.com/investing/general/2013/01/09/energy-in-argentina-ready-to-explode.aspx
Lo concreto de la mala prensa internacional(o mala intención) se debe básicamente a la errática política Argentina. Tenemos un buen momento para unificar nuestro discurso.
Resumen de los argumentos de la presentación de Prat-Gay
“Consideraciones políticas han sido la base de diversas órdenes judiciales en este caso.
Por ejemplo, la administración Kirchner anunció un enorme éxito en la negociación de la deuda: “con la restructuración de 2005 y esta [la restructuración de 2010], hemos alcanzado una tasa de participación del 92%. Y es la primera vez que en 200 años de historia pudimos reducir la deuda en un 75%, en estos últimos siete años [es decir, desde que los Kirchner asumieron]”; “Cristina Kirchner celebra los resultados de la restructuración de la deuda [de 2010]: ‘hoy es el día del desendeudamiento’” (23 de junio 2010). “Les ganamos la pulseada a los bonistas más hostiles”, (24 de junio de 2010). Estos comentarios son slogans políticos y emocionales conocidos en Argentina y, teniendo en cuenta la opinión internacional sobre Argentina, parece que también son convincentes creíbles para la audiencia internacional.”
“Sin embargo, al compararla con restructuraciones de deuda de otros países emergentes la última restructuración de la deuda Argentina es modesta, en el mejor de los casos. En el primer canje en 2005, Argentina canjeó bonos por un valor de U$S 78.000 millones (incluyendo capital e intereses vencidos y no pagados) por U$S 700 millones en efectivo y U$S 35.300 millones en nuevos bonos de plazo más largos. A primera vista esto parece una quita de 54%, similar al promedio de restructuraciones de deudas de otros mercados emergentes. De hecho, esta es exactamente la misma reducción que obtuvo Grecia en la reciente (e insuficiente) renegociación de su deuda”.
“Pero a diferencia de otras experiencias en el mundo (con la única excepción de Bulgaria en los ‘90), Argentina también ofreció un gran y jugoso bonus a aquellos bonistas que ingresaron al canje: un dividendo anual atado a la performance del PBI, lo que pasó a ser conocido como “Cupón del PBI”. El crítico rol del Cupón del PBI no debería ignorarse a la hora de juzgar si la renegociación de la deuda fue justa o no. Este instrumento hizo que el canje fuera muy caro para la Argentina desde el momento en que se cerró, resultando en una pesada carga financiera de largo plazo conforme se van acumulando los pagos del cupón del PBI. Consecuentemente, esto redujo las pérdidas de los bonistas que aceptaron el canje”.
“El último mes [de diciembre de 2012] Argentina pagó su séptima cuota (en los ocho años que transcurrieron desde el primer canje), en esta ocasión por un monto de U$S 3.500 millones. De un total de U$S 42.000 millones de nuevos bonos emitidos en ambas renegociaciones de deuda, estos U$S 3.500 millones representan un bonus de 8,3% de rendimiento anual, un dividendo que muy pocas compañías pagan en estos días”.
“La cantidad de recursos ociosos de la economía argentina en el año 2004, con alto desempleo y baja utilización de la capacidad instalada, significaba que el PBI estaba muy por debajo de su potencial. Pero Argentina ofreció dividendos atados al crecimiento de su PBI de inmediato, a diferencia de Bulgaria donde los pagos comenzaron sólo cuando el nivel de PBI precrisis fue alcanzado… El Cupón del PBI paga un 5% de la esa brecha del PBI todos los años durante 30 años… Por su construcción, el cupón era un pago de capital encubierto, y uno muy significativo. Así, la oferta realizada por Argentina en 2005 implicó una reducción de 15,6% (1- (35.300+700+29.900)/78.000). Muy lejos de la presunta y popularmente aceptada quita del 75%, y un esfuerzo mínimo para los bonistas teniendo en cuenta la profundidad de la crisis financiera, política, social y económica por la que atravesaba el país”.
“… la oferta realizada por Argentina fue extremadamente generosa desde el comienzo dado que Argentina se comprometió a realizar pagos significativos en el futuro, aun cuando esto no fuera claro para todos los acreedores en el momento del canje. …
“El PBI real per cápita de la Argentina creció 46% desde abril de 2005. Esto significa que un ciudadano promedio de la Argentina se benefició menos que un bonista promedio que ingresó al canje (46% vs. 58%). Y el paso del tiempo hace que por el cupón del PBI los bonistas se benefician relativamente más que el ciudadano promedio. ¿Cuán justo es eso? Más aún, ¿cuán justo sería que los bonistas litigantes en esta causa reciban un mejor trato, incluso un centavo más que la generosa oferta de canje que ya se realizó?”
“Argentina no realizó una “quita” masiva de la deuda cuando estaba en una crisis económica grave. Más bien, hizo una oferta extremadamente generosa, aun cuando entonces ni los bonistas ni los ciudadanos vieron con claridad cuán beneficiosa era. Pero ya ha pasado suficiente tiempo y se ha acumulado suficiente evidencia como para ignorar esta realidad. Por ello, a la hora de impartir justicia, la Corte debe estar completamente debidamente informada”.
“Tampoco la Argentina cuenta con recursos abundantes como sugieren los acreedores. En efecto, los acreedores litigantes frecuentemente sugieren que el Banco Central de nuestro país cuenta con suficientes reservas para afrontar cualquier pago. Esto también es inexacto. Mientras que la administración Kirchner aprovechó las reservas del Banco Central para pagar deuda soberana por U$S 58.500 millones, estas reservas del Banco Central no son inagotables y se compran con emisión monetaria. La inflación en Argentina excedió ya excede el 25% anual. El cepo cambiario ratifica también que, en todo caso, las reservas de Argentina son escasas, no son abundantes”.
4 de enero de 2013, Nueva York, Nueva York
Llegado a este punto, tenemos varias reflexiones que hacer.
Por un lado, quedo claro que no tuvimos ayuda exterior y ante nuestro default actuamos honestamente y de forma generosa para cancelar nuestras culpas. Y por ultimo, el Gobierno reafirma su “relato” y de un modo u otro transmite que hemos vencidos a los enemigos…estamos desendeudados. Seamos criteriosos y pongamos el tema en su justa medida.
Mas arriba, transcribimos una opinión de un periodista del exterior. El no opina lo mismo… ¿Su opinión será generalizada?
Ojala que la presentación de Prat-Gay sea escuchada y ayude a que todos nos encolumnemos detrás de argumentos consistentes y reconozcamos los errores. Y porque no, lo que hemos hecho bien.
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