Los afectados son los ciudadanos en general y la clase media en particular

Como aficionado a la lectura, sobre todo económicas y políticas, me interesa comparar y pensar los diversos trabajos que recibo. Hoy mi intención es comentar dos artículos del Newsletter semanal de IG (de Diego M. Burzaco y de Bill Bonner ), y utilizar también el informe sobre economía y negocios que recibo de mi amigo y economista Adolfo Ruiz.

Diego, con el titulo “Aproveche el descontrol financiero en Estados Unidos – El colapso como oportunidad “y Bill con “Tren descarrilado –  Los bonos de Estados Unidos van en la dirección opuesta “ (IGdigital – 09.02.13),  nos brindan un análisis con similares conceptos relacionados con la situación económica de Estados Unidos. Respecto al informe de Adolfo Ruiz, el mismo se refiere a un articulo de George Friedman – fundador de Stratford Global Intelligence –  destinado a la clase media estadounidense, pero aplicable también a  la clase media de nuestro país ( condensado de “Outside the box”, publicación del reconocido consultor John Mauldin).        

 

En primer lugar, Diego, nos ubica en los antecedentes de la actual situación de Estados Unidos.                                                                                                          

Mientras los analistas económicos más prestigiosos de Wall Street pasan horas escribiendo acerca de qué políticas deben implementarse para que Estados Unidos crezca nuevamente, omiten los riesgos de las decisiones ya tomadas. En este sentido, me parece mejor focalizarnos en estos riesgos y en cómo sacar provecho de los mismos”.

“El mes de julio de 2003 podría ser catalogado como el «principio del fin». Para esa fecha, la Reserva Federal estadounidense (Fed) rebaja la tasa de interés a 1% anual, el menor nivel en los últimos cincuenta años hasta ese momento”.

 “Ése fue el punto inicial del libertinaje financiero que tuvo lugar en Estados Unidos y que llevó a una fenomenal expansión del mercado de hipotecas crediticias”.

En la actualidad, Estados Unidos tiene una situación difícil de la cual no logra recuperarse. A pesar de los esfuerzos que se hicieron desde el Gobierno, lo real es que la actividad económica se contrajo en un 0,1 % en el último trimestre del año pasado, y el déficit fiscal alcanzó un promedio de 9% del PBI en los últimos tres meses. En palabras simples, Estados Unidos gasta por encima de sus posibilidades.

“Se trata de un esfuerzo que alguien tendrá que pagar en el futuro y que puede, sin dudas, poner en jaque el liderazgo mundial de la nación”.

El Gobierno gasta cada vez más dinero en proporción a los recursos que recauda.

La emisión de deuda pública por parte del Tesoro ha sido el instrumento más utilizado para financiar el gasto público.

“Estados Unidos le debe hoy al mundo el monto de toda su economía. ¡Y ese monto es de USD 17,5 trillones!”

Llegado a este punto de la explicación, Diego, va al meollo de su exposición, y explica a los inversores como pueden defenderse de la difícil situación de Estados Unidos. Pero, nuestro comentario se enfoca en como esa situación afecta y afectara a la clase media de dicho país y traeremos paralelamente una comparación con nuestra clase media.

Los conceptos de Bill Bronner, mantienen una misma línea  con los de Diego, en el enfoque de la situación del país.

“Los movimientos hechos por la Reserva Federal para tratar de que Estados Unidos vuelva por la senda del crecimiento han sido infructuosos. «La economía de Estados Unidos va en reversa», fue el titular del Financial Times de hace unos días”.

“Nadie parece preocuparse por el aumento de los rendimientos de la deuda de Estados Unidos. Desde que Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal (Fed), anunció su programa de estímulos monetarios indefinidos («QE Forever»),…”

“Bernanke está comprando USD 85 mil millones en bonos cada mes, tratando de disminuir los  rendimientos. Esto hará bajar los tipos de préstamo a largo plazo -esencialmente importante para la industria de la vivienda- y ayudará a la gente a pedir prestado con el desenfreno que mostraron en 2005-2007. Entonces, de acuerdo con la teoría, la economía crecerá. Al menos ésa es la meta establecida”.

Esta última mención de Bill parece marcar una nueva etapa semejante a la mencionada por Diego como “el inicio del fin”.

Michael Hasenstab es tal vez el inversor en bonos más exitoso de los últimos diez años. Dirige la cartera del fondo Templeton Global Bond Fund, de USD 67 mil millones. Este inversor concluye con la pregunta sobre la deuda de Estados Unidos: «¿Es realmente un activo seguro?».

La conclusión es que Estados Unidos esta en problemas, que afectan a sus ciudadanos y que serán estos los que los soportaran y los que deberán trabajar para salir del pozo.

Ambos expositores, coinciden en la debilidad de los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Mencionemos como concepto anexo que la  similitud con nuestro país es la emisión de deuda pública. En  nuestro caso, como contrapartida de la deuda que se emite, el respaldo es de unos papeles nominados en pesos argentinos. En Estados Unidos, el respaldo es de unos papeles nominados en dólar. Ambos emiten. Pero no necesitamos ser especialistas para darnos cuenta de la gran diferencia. No hay duda que la situación más grave esta en nuestro país, pero lo que quiero remarcar, es que en ambas situaciones los perjudicados son la población en general, y dentro de esta la clase media que normalmente se la califica como principal motor de progreso. Sabemos el peso que ha tenido la clase media en el progreso de la Argentina. La posibilidad de escalamiento social durante más de 50 años ha sido el motor de nuestro país.

La situación histórica de Estados Unidos ha sido muy parecida. Por supuesto con diferencias propias de cada idiosincrasia particular y de la posición, presencia y poder de cada país. Los pensamientos que a continuación desarrollaremos, vertidos por George Friedman en “La crisis de la clase media y el poder americano” (febrero 2013), presentan una interesante semejanza con lo sucedido en nuestro país.

La situación de ambos países es diametralmente diferente, el punto en común es el sector afectado: la clase media.

Al  inicio de su exposición, nos presente el panorama. “La amenaza para los Estados Unidos es la persistente caída en el nivel de vida de la clase media, un problema que está transformando el orden social que ha estado vigente desde la Segunda Guerra Mundial y que, si continúa, representa una amenaza para el poder mundial estadounidense”.

Nos explica que durante la década del 50, un trabajador medio de la clase media podía vivir con una sola fuente de ingreso. El marido trabajaba y la esposa, ama de casa con la crianza de alrededor de tres hijos. Observemos la semejanza con la situación en Argentina. La vida no era un jolgorio pero se vivía bien y con esperanza para el futuro. La actualidad esta cambiando.

Las necesidades sociales de la clase media se han incrementado y los actuales ingresos (de al menos dos personas) no responden a esas necesidades.

“Personas por debajo de la medida estadística –o sea, la mitad de todos los hogares quedarían excluidas de lo que se considera clase media, es decir, con casa, auto, y otros servicios asociados”.

 Sigue su análisis con dos conceptos muy importantes. Uno de ellos es la expectativa de movilidad ascendente, lo que anteriormente definíamos como escalamiento en nuestra sociedad.

Siempre caemos en la crisis subprime (2007/08) que marco un punto de inflexión.

La cultura de la sociedad americana tenía la  expectativa de aumento constante sus  ingresos reales, y muchos asumieron que ese aumento se reanudaría con una recuperación relativamente corta. Entonces, si bien estaban atrapados, teniendo en cuenta la experiencia, no estaban haciendo una suposición irresponsable.

La historia de Estados Unidos estuvo siempre llena del supuesto de que el ascenso económico era posible. El Medio Oeste y el Oeste se abrieron para que la tierra pudiera ser explotada, y la industrialización masiva de fines de los siglos XIX y XX ofreció más oportunidades aún. Había una expectativa de ascenso social sistémico que estaba integrado en la cultura estadounidense y experimentada en la realidad vivida.

Memora Friedman que la Gran Depresión fue un shock para el sistema, y no fue resuelto por el New Deal, ni siquiera por la Segunda Guerra Mundial.

Pero Estados Unidos trabajo sobre el tema.

La nueva forma de ascenso social provenía de los programas de ayuda a los veteranos después de la guerra. Se contribuyo a crear una nueva clase social de profesionales suburbanos.

Existieron tres programas críticos.

Tenemos el  proyecto de ley GI, que permitió a los veteranos que regresaban de la guerra ir a la Universidad, en segundo lugar y dentro de dicha ley,  proporcionaba hipotecas con garantía federal a dichos veteranos y, se creo el Sistema Interestatal de Carreteras con fondos federales, lo que hizo que el acceso a la tierra fuera de las ciudades pero cercana a ellas resultara más fácil.

“Existieron muchos otros factores que, sin duda, contribuyeron al fenómeno pero estos tres crearon una nueva dimensión en la movilidad social ascendente que se instauró desde el principio en la vida estadounidense”.

Mientras que una sola fuente de ingresos podía mantener a una familia de clase media en la generación posterior a la Segunda Guerra Mundial, ahora nos llevó a necesitar, al menos, dos contribuyentes. Eso significó que el aumento de familias con dos ingresos se correspondió con el declive de la clase media.

Llegado a este punto, observamos una gran diferencia con la situación de la emergente  clase media Argentina. Con efectividad o sin ella, en los Estados Unidos, se promovieron programas para morigerar la situación. Hubo algún tipo de prevención. En nuestro país, la clase media va disminuyendo sus expectativas de ascenso sin darse cuenta.  La clase media con expectativas de crecimiento, paulatinamente va disminuyendo a clase media baja.

El otro importante concepto que define Friedman, como causa del retroceso de la clase media norteamericana es la re-ingeniería de las corporaciones.

Históricamente, las empresas eran las que proporcionaban empleo a largo plazo a las clases medias. Estas, tenían total seguridad en su empleo y en el aumento de sus ingresos, agregado a la jubilación y a otros beneficios.

Ante la baja de la productividad empresarial, y la disminución de la eficiencia, en su gran mayoría tuvieron que hacer re-ingeniería lo que significa desmontarla, tornarla minimalista, y reorientarla hacia el mercado. No había otra opcion ante la posibilidad de un fracaso total. Se hubo que hacer un cambio radical.

Desde el punto de vista del trabajador individual, esto con frecuencia significa la misma cosa: el desempleo.

El cambio que se concreto fue diseñado para aumentar la eficiencia total, y ha funcionado en su mayor parte.

“Aquí es donde se produjo la disyunción. Desde el punto de vista del inversor, se había salvado a la corporación del colapso total con el rediseño de la misma. Desde el punto de vista de los trabajadores, algunos retuvieron los puestos de trabajo, mientras que otros perdieron los empleos que se habrían perdido de todos modos. Pero lo importante no es la amargura subjetiva de aquellos que perdieron sus puestos de trabajo, sino algo mucho más complejo”.

Al disminuir  los puestos de trabajo permanentes, más personas tienen que empezar de nuevo.  Según el razonamiento de Friedman, con el aumento de la eficiencia de las empresas, cada  vez se necesitan menos empleados. Por consiguiente los nuevos puestos de trabajo cada vez tienen sueldos más bajos. Otra consecuencia de la re-ingeniería fue la obsolescencia de varias profesiones u oficios.

La conclusión que podemos asumir es que “las estadísticas revelan que, desde 1947 (cuando los datos se recogieron por primera vez), los beneficios empresariales como porcentaje del producto interno bruto están ahora en su nivel más alto, mientras que los salarios como porcentaje del PIB, se encuentran ahora en su nivel más bajo”.

No solo era una cuestión de hacer más eficiente la economía con reingeniería, sino que el nuevo valor acumulado  se divida entre todos.  Aquí existe una nueva semejanza con nuestro país. A pesar de los “relatos” del Gobierno, no se ha obtenido una mejora en la distribución. Vale hacer la aclaración que los motivos locales son totalmente diferentes. Algo puede ser parecido, pero en menor nivel. Nuestra inflación vernácula cambia constantemente los valores económicos y es muy difícil medir la productividad operativa. Mas difícil aun,  la falta de productividad que se deriva  de la constante valorización de nuestra moneda, en razón de los constantes atrasos cambiarios e impuestos y retenciones regresivos, que también contribuyen a entorpecer una medición real.

En Estados Unidos, como consecuencia de la situación clase media quedó dividida en un segmento que entró en la clase media-alta, mientras que la otra facción se hundió en la clase media-baja.

“Lo que estamos enfrentando ahora es un cambio estructural, en el que el centro de la clase media, se está desplazando hacia abajo en términos de nivel de vida. Es un cambio estructural que tiene sus raíces en el cambio social (la ruptura de la familia convencional) y en el cambio económico (la disminución del número de las empresas tradicionales, y la creación de la llamada “agilidad empresarial”, que pone a cada trabajador en situación de desventaja masiva)”.

Este es otro concepto que podemos reconocer en nuestra realidad local. Sumemos  la falta de capital y sobre todo la imposibilidad de conseguirlo.

La economía puede andar mejor, pero los bienes producidos por ella, cada vez están mas alejados de lo que era la clase media, devenida ahora en clase media baja.

Si Estados Unidos pasa a un sistema en el que la mitad del país está estancado o perdiendo terreno, mientras que la otra mitad está en alza, el tejido social de los Estados Unidos está en riesgo, y con ella el del poder global masivo que los Estados Unidos han acumulado.

George Friedman termina su trabajo con las siguientes palabras: “Las personas que son más inteligentes y con más suerte que yo, tendrán que diseñar la solución. Simplemente estoy señalando las consecuencias potenciales del problema y la insuficiencia de todas las ideas que he visto hasta ahora”.

Los problemas globales de Estados  Unidos son muy diferentes a los de nuestra Argentina. Pero lo que tenemos en común es el deterioro de la clase media. No es novedad que para que nos desarrollemos y distribuyamos correctamente necesitamos el trabajo de todos. Pero es función de los funcionarios públicos tener la creatividad y transparencia sobre sus desempeños. En algún momento de nuestra historia alguien dijo “Si dejamos de robar dos años, se acaban nuestros problemas”. Creo que el que dijo esta expresión, no era norteamericano.

 

Saludos