Warren Buffett fue sin duda uno de los mayores inversores de valor del mundo. Comenzó a mediados de 1950, invirtiendo en  empresas en dificultades (denominadas en la jerga “cigar butt, -lo que queda del cigarro) que se vendieran por una fracción de su real valor.   Durante los últimos 57 años, sus inversiones se han transformado en una bola de nieve, que llego a lo que hoy es el  conglomerado de Berkshire Hathaway.

 

Sin duda Buffett y Berkshire estarían encantados en  seguir comprando este tipo de empresas. Pero esto ya no es posible. Por un lado, hay muy pocas “ofertas” de este tipo de  inversiones en  estos momentos. Por otra parte, aunque existan  algunas, el enorme tamaño de Berkshire ($ 424 mil millones de activos) no seria significativo respecto a la gran fortuna de la compañía.

En estos días, Berkshire tiene que gastar grandes cantidades de dinero comprando participaciones en líderes del mercado con grandes beneficios, estables y predecibles. Estamos hablando de compañías  como Tesco, IBM y Coca-Cola. Este tipo de empresas están destinadas a  que  las ganancias y el valor de los activos de Berkshire se incrementen cada vez más en los próximos años.

A pesar del peso de estas compañías, deben seguir las  reglas clásicas de Buffett: ser  fáciles de entender, y tener características  típicas: que  a los rivales les resulte difícil competir con ellas,  y que las compañías compradas tengan un gran  poder para fijar precios en sus mercados. Desde siempre, Buffett ha advertido a los inversores a comprar las acciones de estas empresas si están a la venta a un precio justo.

Usted puede ver por qué Heinz es visto por muchos como una clásica inversión de Buffett. Posee una gran variedad de marcas y con suficiente poder sobre los precios,  para hacer crecer sus beneficios a lo largo del tiempo.

 

Sólo hay algo que no coincide. En la superficie del trato, parece que Buffett no obtuvo un buen acuerdo.  En efecto, mediante el pago de $ 72,50 por acción por Heinz, Buffett y su socio de capital privado, 3G, están pagando un alto precio por una empresa que no crece mucho.

O al menos, eso es lo que parece – hasta que miremos los detalles del trato.

No se  puede copiar a  Buffett

Pero no nos dejemos engañar. Este acuerdo esta mucho más cerca de una ingeniería financiera inteligente que cualquier otra gran operación de compra de acciones. En efecto, la forma en que se estructura este acuerdo indica que Buffett quiere asegurarse de que él está expuesto a un riesgo menor que los accionistas normales.

He aquí por qué. La mayor parte de la inversión y el retorno de Buffett,  viene en la forma de acciones preferenciales ($ 9 mil millones de ellas con otros $ 4 mil millones de capital en la parte superior). Los dividendos de acciones preferenciales se pagan antes que los dividendos ordinarios. Así que esto significa que Buffett es el primer beneficiado después de impuestos sobre las ganancias de la compañía. Se rumorea que a estas acciones preferenciales se le paga una rentabilidad anual muy jugosa, de 9% o $ 810 m.

Cuando pensamos que después de impuestos, Heinz tendrá ingresos por  alrededor de $ 1.1mil millones en 2013, una buena parte de dichos ingresos irán a las arcas de Buffett.

Pero la cosa es que Heinz está siendo cargada con deuda – alrededor de $ 20 mil millones (incluyendo las acciones preferentes), en comparación con US $ 5 mil millones actuales.

 

Esto significa que después de impuestos las ganancias de Heinz tienen muchas probabilidades de caer (ya que los pagos de intereses aumentan). De modo  que Buffett podría tomar casi todos los ingresos, y 3G no conseguir casi nada en los primeros años. Estimo que Heinz va a tener que generar mucho más dinero para que 3G este conforme. Buffett, por su parte, recibirá $ 810m prácticamente garantizado cada año, y la oportunidad de que su tenencia de capital se valorice, si todo sale bien.

Los  inversores privados no pueden obtener el mismo tipo de ofertas favorables, ya que las mismas están basadas en la riqueza y la influencia de Buffett. Al igual que sus inversiones recientes en Goldman Sachs y Bank of America, Buffett ha conseguido buenos rendimientos fijos, con riesgos menores que un accionista ordinario. El hecho es que a pesar de su profesión de fe en el futuro de la economía de EE.UU., Buffett no le gustan estas empresas como para ser el último en la cola para recibir el pago.

Puede haber mejores apuestas que Berkshire Hathaway   

El acuerdo Heinz destaca un problema importante tanto para los inversores de Berkshire Hathaway como para los  inversores en general. Se trata de que los rendimientos futuros de la mayoría de los activos tiendan a ser modestos.

Berkshire es un gigante torpe de una empresa. Incluso un rendimiento de 9% de las acciones preferentes de Heinz no va a mover mucho el dial en Berkshire, dado su enorme tamaño. Y lo concreto es, que  a pesar de las indudables habilidades de Buffett, Berkshire ha quedado por debajo de  la rentabilidad de la S & P 500.

 

Phil Oakley

Senior Writer, MoneyWeek (Febrero 2013)